Finanzas Corporativas
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AUTOR:IMEF CDMX
El impuesto mínimo internacional para el 2023 de la OCDE traerá el sistema fiscal moderno certeza y equidad a las empresas globales.
Algunas empresas globales trasladan sus ganancias al extranjero para pagar poco o ningún impuesto— los llamados “paraísos fiscales”—, si bien estas acciones provocan que la atracción de empresas extranjeras por medio de bajas tasas impositivas se convirtiera en una ventaja para atraer inversiones y empresas, esto también representa, como asegura la firma Oxfam, un obstáculo importante para la reducción de la pobreza, privando a los gobiernos de los ingresos que necesitan para sostener la inversión de sus servicios básicos.
Es por esta razón que organizaciones internacionales como la OCDE buscaron establecer un límite para evitar cobros impositivos muy bajos, el acuerdo considera un impuesto mínimo internacional del 15%.
Son casi 140 países, entre ellos México, los que acordaron reformar el sistema fiscal global para que las empresas paguen una parte justa dondequiera que operen. Este impuesto ayudará a que muchos gobiernos aumenten su recaudación y hagan frente a los estragos que ha dejado la pandemia por COVID-19, por ejemplo.
Se espera que el Impuesto Mínimo Global entre en vigor para el año 2023 después de que cada país realice las modificaciones fiscales correspondientes.
De acuerdo con el actual Subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Gabriel Yoigo González, México podría recaudar 30 mil millones de pesos si entrara en vigor la vigencia del impuesto mínimo global ayudando a México a favorecer la recuperación económica y enfrentar dificultades de recaudación de impuestos.
La base de la estructura tributaria se compone de dos pilares fundamentales:
Estas empresas que se rigen bajo este primer pilar son multinacionales cuya facturación global oscila entre los 20 mil millones de euros y tienen una rentabilidad global superior o igual al 10% de sus activos sin incluir los servicios extractivos o financieros regulados.
Estos tres objetivos apuntan a un impuesto mínimo a las empresas internacionales del 15%.
Este acuerdo anunciado por la OCDE es una oportunidad para reducir la erosión de la base impositiva sin poner a las empresas en desventaja financiera.
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