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AUTOR:IMEF CDMX
La llegada del COVID-19 fue un factor que impulsó a México a avanzar con pasos agigantados rumbo a la digitalización. El país necesitaba entrar a la virtualidad y adoptar la tecnología como una herramienta de apoyo para la realización de diversas actividades. La digitalización de la banca no fue la excepción.
Pese a las medidas de aislamiento implementadas para proteger al país de un problema sanitario, los bancos nunca dejaron de trabajar por ser una actividad esencial.
Sin embargo, los usuarios tuvieron que incorporar nuevas herramientas que han marcado el rumbo de la banca y su virtualización. La digitalización en México fue un proceso acelerado, pero necesario y ya comenzamos a ver los resultados.
Digitalizar la banca en México no ha sido una tarea sencilla. De hecho, nos hemos enfrentado a muchos retos, entre los que destacan los siguientes.
El gran temor de los usuarios ha sido el fraude digital. En México hubo un incremento del 52% de las denuncias por fraude bancario, de acuerdo con datos de la Condusef. Un gran porcentaje del fraude digital proviene de cargos no reconocidos.
Sin embargo, los usuarios tuvieron que incorporar nuevas herramientas que han marcado el rumbo de la banca y su virtualización. La digitalización en México fue un proceso acelerado, pero necesario y ya comenzamos a ver los resultados.
Por ello, es importante fomentar una cultura de protección de datos y prevención de fraude que incentive a las personas a dejar de brindar información bancaria vía telefónica o a través de correos fraudulentos.
También se recomienda tener cuidado con las compras en línea y hacerlo solo en páginas oficiales, evitar transacciones usando redes Wifi no seguras y monitorear constantemente el estado de cuenta.
Aunque la digitalización de la banca es un apoyo que facilita la vida del usuario, aún hay usuarios que se resisten al cambio y, peor aún, entidades financieras que tienen que mejorar la experiencia que le dan al usuario en sus plataformas digitales.
Hay que darle una experiencia amigable al usuario para facilitar la adopción de la digitalización de la banca, pero, sobre todo, hay que considerar las necesidades del cliente. Usar el UX-UI en este proceso es innegable.
La realidad nos ha superado y el futuro se ve prometedor. El usuario debe adaptarse a los cambios que se esperan y también lo deben hacer las empresas financieras. Abrirse a temas como el metaverso y comenzar a considerarlo es importante porque el progreso está más cerca de lo que creemos.
Los datos indican que para el 2024 la economía en el metaverso será de 80.000 millones de dólares y se espera que para el 2030 los usuarios pasen más tiempo en el metaverso que en el mundo real.
El panorama es alentador para la digitalización de la banca y, pese a las comodidades que este proceso brinda, aún estamos muy lejos de la desaparición de las sucursales físicas. Es momento de adoptar sin miedo nuevos retos.
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